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Hamburgo, 2012

Instituto de la Unesco para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la vida

 

icon Directrices de la UNESCO para el Reconocimiento, Validación y Acreditación (2012)

Introducción

El aprendizaje a lo largo de toda la vida ha sido central para la misión de la UNESCO que consiste en promover el derecho de cada persona a la educación. El Informe Faure –Aprender a ser, 1972– y el Informe Delors –La educación encierra un tesoro, 1996– contribuyeron al desarrollo de políticas y prácticas de aprendizaje a lo largo de toda la vida y a la creación de sociedades del aprendizaje en los Estados Miembros de la UNESCO. Articulando el aprendizaje formal, no formal e informal, el aprendizaje a lo largo de toda la vida enfatiza la integración del aprendizaje y la vida, en contextos vitales amplios tales como la familia y la comunidad, el estudio, el trabajo y el ocio, y a lo largo de la vida de una persona.

Hoy, en un mundo complejo y rápidamente cambiante, es necesario que las personas adquieran y adapten sus competencias (conocimiento, habilidades y actitudes) mediante todas las formas de aprendizaje a fin de enfrentar diversos desafíos. Sin embargo, los sistemas de calificación en muchas sociedades todavía se concentran en el aprendizaje formal en instituciones educativas. El resultado es que una gran parte del aprendizaje de las personas no es reconocido, por lo que la motivación y la confianza de muchas de ellas para proseguir aprendiendo no son bien promovidas. Esto conduce a una gran subutilización del talento y los recursos humanos de la sociedad. Por consiguiente, los resultados del aprendizaje de jóvenes y adultos en el curso de su vida en contextos no formales e informales necesitan ser hechos visibles, evaluados y acreditados.

La demanda de reconocimiento, validación y acreditación (RVA) de todas las formas de aprendizaje concentrada en los resultados del aprendizaje no formal e informal fue manifestada en el Marco de acción de Belém, aprobado por 144 delegaciones de los Estados Miembros de la UNESCO en la Sexta Conferencia de Educación de Adultos (CONFINTEA VI) en el Brasil, en diciembre de 2009. Se instó a la UNESCO a elaborar directrices sobre todos los resultados del aprendizaje, incluyendo los adquiridos mediante el aprendizaje no formal e informal, de manera que fueran reconocidos y validados. Al mismo tiempo, los Estados Miembros se comprometieron a instaurar o mejorar las estructuras o mecanismos para el reconocimiento de todas las formas de aprendizaje mediante el establecimiento de marcos de referencia de equivalencia.

Visión

El RVA del aprendizaje no formal e informal es un instrumento clave para hacer del aprendizaje a lo largo de toda la vida una realidad. Hace visible y valoriza las competencias ocultas y no reconocidas que las personas han obtenido mediante diversos medios y en diferentes etapas de su vida. La valoración y el reconocimiento de estos resultados del aprendizaje pueden mejorar significativamente la autoestima y el bienestar de las personas, motivándolas a proseguir el aprendizaje y fortalecer sus oportunidades en el mercado de trabajo. El RVA puede ayudar a integrar a amplios sectores de la población en un sistema de educación y formación más abierto y flexible, así como a construir sociedades inclusivas.

Propósitos

El objetivo global de estas directrices es proponer principios y mecanismos que puedan ayudar a los Estados Miembros a desarrollar o mejorar sus estructuras y procedimientos para reconocer los resultados de todas las formas de aprendizaje, especialmente del aprendizaje no formal e informal.

Más específicamente, los propósitos son:

  • defender activamente la importancia del reconocimiento del valor del aprendizaje no formal e informal;
  • formular una concepción común del RVA y delinear las principales consideraciones para instaurar un sistema nacional de RVA;
  • apoyar a los Estados Miembros en la elaboración de instrumentos, estándares y mecanismos para identificar, documentar, validar y reconocer los resultados del aprendizaje no formal e informal; y
  • crear una plataforma internacional para facilitar y asegurar un diálogo continuo sobre el RVA entre los Estados Miembros.

Principios

  • Asegurar la equidad y la inclusividad en el acceso a las oportunidades de aprendizaje. Cada persona debe tener el derecho a acceder y participar en cualquier forma de aprendizaje que responda a sus necesidades, así como a hacer visibles y valorables los resultados de su aprendizaje.
  • Promover la igualdad de valor de los resultados del aprendizaje formal, no formal e informal. Las competencias que cada persona ha acumulado mediante el aprendizaje no formal e informal deben ser tratadas en pie de igualdad con aquellas obtenidas mediante el aprendizaje formal.
  • Asegurar la centralidad de las personas en el proceso de RVA. El proceso debe respetar y reflejar las necesidades de las personas y su participación debe darse voluntariamente.
  • Mejorar la flexibilidad y apertura de la educación y la formación formal. Los sistemas de educación y formación deben considerar diversas formas de aprendizaje, teniendo en cuenta las necesidades y experiencias de los educandos.
  • Promover el aseguramiento de la calidad en todo el proceso de RVA. Es indispensable que los criterios y procedimientos para evaluar y validar el aprendizaje no formal e informal sean pertinentes, fiables, justos y transparentes.
  • Fortalecer las alianzas entre todos los actores interesados. Es importante destacar una responsabilidad compartida desde el diseño hasta la implementación y evaluación del sistema de RVA.

Áreas clave de acción a nivel nacional

1. Instaurar el RVA como un componente clave de la estrategia nacional de aprendizaje a lo largo de toda la vida

El aprendizaje a lo largo de toda la vida va más allá de la educación y la capacitación formal. Incluye el aprendizaje en el trabajo, en la familia y la comunidad, así como durante el tiempo de ocio. Una estrategia de aprendizaje a lo largo de toda la vida se propone facilitar a las personas el acceso a competencias que les posibiliten seguir un aprendizaje continuo, ingresar al mercado de trabajo y lograr la movilidad profesional y social. Esa estrategia sería incompleta si no incluyera el RVA de las competencias o resultados obtenidos en todos los contextos de aprendizaje.

En este marco se sugiere que los Estados Miembros:

(1) formulen una estrategia nacional de aprendizaje en la que el RVA del aprendizaje no formal e informal sea un pilar clave y un medio para mejorar la realización, el acceso y la movilidad personal en la educación y el mercado de trabajo;

(2) faciliten el desarrollo de referencias o estándares nacionales que integren el RVA del aprendizaje no formal e informal y, basándose en el contexto nacional, establezcan un marco nacional de referencia de calificaciones (MNRC); y

(3) elaboren equivalencias entre los resultados del aprendizaje formal, no formal e informal en el marco nacional de referencia o estándares de calificaciones mediante una concepción común de los resultados del aprendizaje.

2. Instaurar sistemas de RVA accesibles a todos

Cuando estén disponibles y sean accesibles, los procesos de RVA deben permitir que amplios sectores de la población cuenten con resultados de su aprendizaje evaluados, validados y reconocidos, independientemente de que hayan sido adquiridos de manera no formal o informal. Esto estimula a las personas para que prosigan el aprendizaje, los empodera y les permite que devengan más activos en el mercado de trabajo y en la sociedad en general. Especialmente en el caso de los sectores desfavorecidos, puede crear condiciones más equitativas en materia de educación y formación.

En este contexto, se sugiere que los Estados Miembros:

(1) elaboren procedimientos que identifiquen, documenten, evalúen, validen y acrediten los resultados del aprendizaje, prestando debida consideración a los resultados del aprendizaje experiencial, autodirigido o a otras formas de aprendizaje no estandarizadas fuera de las instituciones de educación y capacitación formal;

(2) utilicen tanto la evaluación formativa (que presta más atención a la identificación, documentación, asesoramiento y orientación) como la sumativa (que se propone explícitamente validar y reconocer los resultados del aprendizaje conducentes a la acreditación);

(3) ofrezcan servicios de información, asesoramiento y orientación para clarificar los procedimiento para el RVA de manera que las personas puedan ser más conscientes de sus propias competencias, estar más motivadas para seguir aprendiendo y tener reconocido su aprendizaje; y (4) ofrezcan apoyo especial mediante dispositivos flexibles a las personas que abandonaron la escuela prematuramente, a los adultos con necesidades especiales de aprendizaje, a las personas y trabajadores con bajos niveles de educación, así como a quienes están excluidos del mercado de trabajo.

3. Hacer del RVA parte integral de los sistemas de educación y formación

En la mayoría de los casos, las calificaciones tradicionales de la educación y el aprendizaje formal han sido definidas con referencia a la duración fija, materia, niveles y localización del estudio. La integración del RVA en los sistemas formales destaca la importancia de lo que los educandos realmente saben, son capaces de hacer y comprender. Esta integración es crucial para crear pasarelas alternativas en sistemas de educación y formación abiertos y flexibles, que satisfagan las diversas necesidades de las personas.

En este contexto se sugiere que los Estados Miembros:

(1) instauren un mecanismo para el sistema formal de educación y formación que preste mayor atención a la calidad de los resultados del aprendizaje;

(2) creen conciencia y aceptación en los sistemas formales de educación y formación de los resultados del aprendizaje obtenidos en contextos no tradicionales;

(3) utilicen el RVA para construir puentes entre los diferentes sectores de la educación y la formación, así como para promover la integración del aprendizaje formal, no formal e informal; y (4) elaboren enfoques para mejorar la interacción entre las instituciones educativas, las empresas y las organizaciones voluntarias para traducir los resultados del aprendizaje de las experiencias laborales y de vida en créditos o calificaciones.

4. Crear una estructura nacional de coordinación que integre a todos los actores sociales interesados

El RVA interesa a los actores sociales de los diferentes sectores (instituciones de educación formal, industria y empresas, actores asociados, proveedores de educación de adultos y organizaciones voluntarias) y depende de su compromiso para su funcionamiento fluido. Por consiguiente, es necesario crear una estructura que integre a todos los actores sociales interesados mediante el diálogo social y la construcción de consenso sobre los principios a fin de desarrollar, implementar y financiar sistemas nacionales de RVA.

En este contexto se sugiere que los Estados Miembros:

(1) aseguren que todos los actores sociales interesados definan claramente sus papeles y responsabilidades en el establecimiento de una estructura nacional coherente y coordinada para supervisar el diseño, ejecución y aseguramiento de la calidad del sistema de RVA;

(2) establezcan mecanismos para aprobar procedimientos, estándares e instrumentos fiables y de calidad, así como para adjudicar calificaciones;

(3) faciliten la implementación del RVA mediante el establecimiento de procedimientos administrativos eficaces para recibir solicitudes, organizar la evaluación y suministrar retroalimentación sobre resultados, registro de resultados, adjudicación de calificaciones y el diseño de procedimientos de apelación; y

(4) realicen esfuerzos para construir una infraestructura de RVA a nivel local de manera que sea accesible a las personas que viven, trabajan y aprenden, así como para hacer del RVA parte de las instituciones existentes en las comunidades.

5. Fortalecer las capacidades del personal del RVA

La calidad del RVA depende significativamente de la capacidad de los administradores, asesores, facilitadores, consejeros y otros practicantes para instaurar y mantener prácticas inclusivas de RVA. La formación en servicio y permanente del personal del RVA asegura la fiabilidad en las prácticas de RVA.

En este contexto se sugiere que los Estados Miembros:

(1) aseguren las calificaciones, habilidades y competencias adecuadas del personal a cargo del RVA, permitiéndoles gestionar y efectuar los procesos de evaluación y validación en sus contextos socioeconómicos específicos; y

(2) creen un sistema para la formación del personal a cargo del RVA y facilitar la existencia de redes para el aprendizaje mutuo a nivel local y nacional, así como entre países, para fortalecer sus competencias y desarrollar la mejor práctica posible.

6. Diseñar mecanismos sostenibles de financiación

Si bien el RVA genera múltiples beneficios, el costo puede ser una barrera para su promoción, especialmente para satisfacer las necesidades de aprendizaje de los sectores desfavorecidos.

Instaurar un mecanismo de financiación sostenible es clave para el establecimiento de un sistema de RVA. A fin de hacer accesible el RVA en una escala más amplia y a una mayoría de educandos, la financiación debe provenir de fuentes diversificadas.

En este contexto se sugiere que los Estados Miembros:

(1) asignen suficientes recursos financieros para construir la infraestructura básica del sistema de RVA;

(2) desarrollen mecanismos sostenibles de coparticipación en los costos en el que se integren múltiples actores sociales, es decir, los sectores público y privado, las comunidades, así como los educandos. La financiación pública y las contribuciones del sector privado a las instituciones educativas, así como los impuestos para la formación recaudados de las empresas también se deben utilizar para financiar la implementación del RVA;

(3) organicen una prestación especial para facilitar el acceso a los mecanismos de RVA a una tasa reducida o gratuita a los grupos y personas vulnerables; y

(4) efectúen análisis costo-beneficio para elaborar pruebas sobre los beneficios del RVA para las personas, las empresas, las instituciones educativas y la sociedad en su conjunto.

Compromisos de la UNESCO

En muchos Estados Miembros, el RVA de los resultados del aprendizaje no formal e informal es un esfuerzo nuevo. Dadas las complejidades que se presentan en la instauración de un sistema eficaz de RVA, existe la necesidad de fortalecer la cooperación y el fortalecimiento de capacidades en el plano internacional en este campo.

En este contexto, la UNESCO desempeñará un papel activo en las áreas siguientes para:

(1) crear un observatorio de RVA a fin de recolectar y difundir las mejores prácticas en diferentes etapas del desarrollo de sistemas de RVA;

(2) facilitar el diálogo de política, la conexión en redes y el intercambio de experiencias entre los Estados Miembros mediante actividades de aprendizaje entre pares y la cooperación entre actores sociales clave en diferentes regiones;

(3) facilitar estudios sobre diferentes sistemas, mecanismos, técnicas e instrumentos de RVA mediante la investigación cooperativa internacional en el campo del RVA; y

(4) responder a los pedidos de los Estados Miembros para ofrecer asistencia técnica y fortalecimiento de capacidades a actores sociales y practicantes nacionales clave a fin de posibilitarles que instauren y operen sistemas de RVA.

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